“Mirar el pasado con gratitud, vivir el presente con pasión y abrazar el futuro con esperanza“
(Juan Pablo II)
Conservar y cuidar con devoción el legado recibido del pasado, nos permite contemplar las maravillas que Dios ha hecho en nuestro Instituto, a través de la historia de nuestro Padre Fundador y el testimonio de fidelidad que admiramos en las hermanas que nos han precedido, convencidas de que la contemplación, el estudio y conocimiento del patrimonio cultural y doctrinal que nos ha sido legado, anima la vivencia y fidelidad carismática con que el Instituto proyecta su acción misionera en el mundo.
De esta forma, el Instituto presenta a la Iglesia y a la sociedad, el valioso recuerdo de sus Fundadores y el tesoro doctrinal de sus escritos, en los museos y salas dedicadas a su memoria, al estudio y a la oración:
¡Vosotros no solamente tenéis una historia gloriosa para recordar y contar, sino una gran historia que construir! Poned los ojos en el futuro, hacia el que el Espíritu os impulsa para seguir haciendo con vosotros grandes cosas.
(V.C. 110)
MUSEO PADRE LUIS VARIARA – Agua de Dios (Colombia)
Desde el ingreso a la Casa Madre del Instituto de las Hijas de los Sagrados Corazones, conocida como “Betania”, el peregrino siente como en el Evangelio de Martha y María, aquel ambiente de acogida y disponibilidad, con que la solícita Martha recibía a Jesús, pero también, aquel encanto con que María era cautivada por las Palabras del Maestro y postrándose a sus pies le escuchaba atenta y complacida.
Este hermoso lugar ofrece al peregrino, sus alegres jardines, al ingreso la estatua italiana del Beto Luis Variara los recibe con su instrumento musical y el devocionario símbolos de la oración y la acción educativa pastoral con que realizó su misión entre los niños y jóvenes del Lazareto.
Al fondo la imagen de María Auxiliadora, compañera de su viaje en 1894, cuando llegó como misionero, procedente de Italia, a sus 18 años de edad, aún seminarista.
esde el ingreso a la Casa Madre del Instituto de las Hijas de los Sagrados Corazones, conocida como “Betania”, el peregrino siente como en el Evangelio de Martha y María, aquel ambiente de acogida y disponibilidad, con que la solícita Martha recibía a Jesús, pero también, aquel encanto con que María era cautivada por las Palabras del Maestro y postrándose a sus pies le escuchaba atenta y complacida.
Este hermoso lugar ofrece al peregrino, sus alegres jardines, al ingreso la estatua italiana del Beto Luis Variara los recibe con su instrumento musical y el devocionario símbolos de la oración y la acción educativa pastoral con que realizó su misión entre los niños y jóvenes del Lazareto.
Al fondo la imagen de María Auxiliadora, compañera de su viaje en 1894, cuando llegó como misionero, procedente de Italia, a sus 18 años de edad, aún seminarista.
Luego la invitación a la Capilla, en donde el peregrino presenta al Señor la ofrenda de sus propias cuitas, a través de la intercesión del Beato Fundador y bajo la protección de la milagrosa imagen de la Virgen Auxiliadora, en cuyo corazón el joven Variara depósito sus anhelos misioneros entre los enfermos de Agua de Dios. Luego la visita guiada en las salas del Museo dedicadas al Fundador y a las Primeras Hermanas.
Museo Padre Luis Variara – Cúcuta (Colombia)
La Capilla con la reliquia del Beato Fundador del Instituto de las Hijas de los Sagrados Corazones, en el lugar en el que pasó sus últimos días y entregó su alma a Dios, es lugar de peregrinación y devoción en la ciudad de Cúcuta. Se cuenta con un museo que conserva algunos recuerdos personales del Beato y de la Familia que lo albergó durante su delicada enfermedad.
Museo Madre Ana María Lozano – Agua de Dios (Colombia
El cuarto que sirvió de habitación, y recogimiento a la Sierva de Dios Madre Ana María Lozano, Cofundadora y segunda Superiora del Instituto de las Hijas de los Sagrados Corazones, es un pequeño museo, que guarda los austeros recuerdos de quien fuera la más cercana discípula del Beato Luis Variara, la Madre que encarnó el espíritu salesiano victimal que transmitió luego a las Hermanas en su larga existencia. Su natural sencillez y delicadeza, su ternura maternal y su asidua piedad hicieron de ella una verdadera Madre, amada y venerada, por sacerdotes, obispos, religiosos y especialmente por los niños de sus colegios y por las hermanas, sus hijas espirituales a quienes trataba con verdadera ternura de Madre.
Salas, Archivo Histórico y Museo Misionero – Casa Generalicia Bogotá (Colombia)
Estos lugares más que un ambiente dedicado a la devoción popular, tiene un carácter histórico y están principalmente dedicados al estudio y a la reflexión, conservan las cartas, Documentos y escritos del Fundador, de las Hermanas y de la Familia Salesiana, así como los recordatorios que recogen el paso por las presencias misioneras del Instituto en los países en los que ha estado presente.